Calentamiento global y cambio climático se refieren al aumento observado en los últimos siglos de la temperatura media del sistema climático de la tierra y sus efectos relacionados. Múltiples líneas de pruebas científicas demuestran que el sistema climático se está calentando. Más del 90 % de la energía adicional obtenida desde 1970 se ha almacenado en el sistema climático ha ido a los océanos; el resto ha derretido hielo y calentado los continentes y la atmósfera. Muchos de los cambios observados desde la década de 1950 no tienen precedentes durante décadas a milenios.
Los futuros cambios climáticos y los impactos asociados serán distintos en una región de otra alrededor del globo. Los efectos de un incremento en las temperaturas globales incluyen una subida en los nivel del mar y un cambio en la cantidad y los patrones de las precipitaciones, además de una probable expansión de los desiertos subtropicales. Se espera que el calentamiento sea mayor en el Ártico, con el continuo retroceso de los glaciares, el permafrost y la banquisa. Otros efectos probables del calentamiento incluyen fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, tales como olas de calor, sequías, lluvias torrenciales y fuertes nevadas; acidificación del océano, y extinción de especies debido a cambiantes regímenes de temperatura. Efectos humanos significativos incluyen la amenaza a la seguridad alimentaria por la disminución del rendimiento de cosechas y la perdida de hábitat por inundación.
Las posibles respuestas al calentamiento global incluyen la mitigación mediante la reducción de las emisiones, la adaptación a sus efectos, construcción de sistemas resilientes a sus efectos y una posible ingeniería climática futura. La mayoría de los países son parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), cuyo objetivo último es prevenir un cambio climático antropogénico peligroso. La CMNUCC han adoptado una serie de las políticas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar en la adaptación al calentamiento global. Los firmantes de la CMNUCC han acordado que se requieren grandes reducciones en las emisiones y que el calentamiento global futuro debe limitarse a menos de 2,0 °C con respecto al nivel preindustrial.
Años más calurosos
Nueve de los 10 años más cálidos en el registro instrumental
ocurrieron desde 2000, con 2014 es el año más cálido que se haya
registrado. La temperatura media de la superficie de la Tierra se ha
calentado cerca de 0,8 grado Celsius desde 1880. 2014 además fue el trigésimo octavo año consecutivo con temperaturas sobre la media. Antes de 2014, 2005 y 2010 habían empatado por la marca del año más cálido, superando a 1998 solo por unas centécimas de grado.
Las temperaturas de superficie en 1998 fueron inusualmente cálidas
debido a que las temperaturas globales se ven afectados por el Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y el Niño más fuerte en el siglo pasado se produjo durante ese año.
La temperatura global está sujeta a fluctuaciones de corto plazo que
se superponen a las tendencias de largo plazo y pueden enmascararlas
temporalmente. La relativa estabilidad de la temperatura superficial
2002-2009, que ha sido bautizado como el hiato del calentamiento global
por los medios de comunicación y algunos científicos, es coherente con tal incidente. En la parte baja de la oscilación el 2011 como año de la Niña estaba más fresco, pero aún así fue el undécimo año más cálido desde que comenzaron los registros en 1880.
Causas iniciales de cambios térmicos
El sistema climático puede responder a cambios en los forzamientos externos. Estos pueden "empujar" el clima en la dirección de calentamiento o enfriamiento. Ejemplos de los forzamientos externos incluyen cambios en la composición atmosférica (p. ej. aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero), la luminosidad solar, las erupciones volcánicas y las variaciones en la órbita de la Tierra alrededor del Sol. Los ciclos orbitales
varían lentamente a lo largo de decenas de miles de años y en el
presente se encuentran en una tendencia general al enfriamiento; la que
se esperaría que condujese hacia un periodo glacial dentro de la edad de hielo actual, pero el registro instrumental de temperaturas del siglo XX muestra un aumento repentino de la temperatura global.
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